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El puma es un animal carnívoro que se distribuye por toda América, especialmente en zonas montañosas y boscosas.
Pertenece a la familia de los félidos y llega a medir casi dos metros de longitud sin incluir la cola, y unos 65 centímetros de alto, hasta la cruz.
Puede saltar unos nueve metros en terreno llano y hasta 12 desde la rama de un árbol.
Tiene un cuerpo flexible que parece que se alargara al correr, y sus músculos se contraen y se estiran dibujándose debajo de su piel.
Este es un felino silencioso, se desplaza furtivamente y es el terror de animales como cabras, ciervos, alces, aunque también son sus presas ratones, peces y aves. Desde arriba de los árboles acecha a sus víctimas, y salta desde lo alto, sobre el lomo de éstas y quebrando su columna vertebral.
Los pumas nacen después de un período de gestación de tres meses, en cualquier época del año, y es curioso que se mantengan con su madre durante dos años.
Debido a los daños que ocasiona en el ganado, es perseguido por granjeros y se ha convertido en una especie amenazada, habitando actualmente en zonas áridas.
Un felino grande, con piernas y cola muy largas. El color normal generalmente es pardo amarillento o arenoso cambiando a café rojizo fuerte; parte baja blanquizca, las orejas y la punta de la cola obscuras, no tiene manchas ni listas.
El puma es un animal mucho más móvil que el jaguar y cuando se les caza, especialmente los machos, parece que siguen un gran círculo que requiere una semana o dos para completarlo. Las hembras que no se preocupan por los cuidados familiares parece que cazan en zonas grandes también; estas zonas individuales no son defendidas por otros pumas en un sentido territorial y con frecuencia se superponen. Sin embargo, las hembras con cría, aún las de un año bien de desarrolladas, tienen áreas de habitación mucho más reducidas.
En general, los pumas no son peligrosos para la vida humana; un animal herido o acorralado peleará decididamente y puede mutilar o matar una persona, pero esto por fortuna, ocurre raras veces. En toda América del Norte hay sólo unos cuantos informes que prueben que el puma ha devorado una víctima humana. A pesar de su tamaño y fuerza, los pumas temen y respetan al hombre y evitan encontrarse con él siempre que pueden.
Las hembras se reproducen por primera vez cuando tienen dos o tres años de edad y a partir de entonces producen una camada cada dos o tres años. Las madrigueras para los hijos se eligen en lugares rocosos aislados, generalmente en cuevas naturales; las camadas, ordinariamente de dos a cuatro cachorros, son criados y cuidados enteramente por la madre, la cual no tiene sólo un macho, ya que durante el celo puede aparearse con varios. La gestación es de noventa y seis días aproximadamente. Los hijos recién nacidos pesan de 230 a 450 gms. Y están intensamente manchados y con anillos en la cola cuyas marcas desaparecen cuando los animales se hacen adultos. Los pequeños con la madre por lo menos un año y algunas veces algo más.
El puma caza por las noches, localiza sus presas por medio de la vista, del oído y el olfato, luego se agazapa a la manera de un gato, se acerca cautelosamente y se lanza con gran velocidad dando un zarpazo sobre su víctima antes de que ésta pueda ponerse a salvo. Su forma característica de matar es mordiendo profundamente en la nuca o en el cuello. Las garras las usa solamente para cogerse de la presa mientras da la fatal mordida. Después de muerta la presa, el puma frecuentemente la arrastra hasta un lugar oculto antes de comerla; la gran habilidad que tienen todos los felinos para transportar animales que sobrepasan con mucho su propio peso, trepando cerros por terrenos escabrosos ha sorprendido a numerosos observadores.
Antes de comer a sus víctimas, los pumas los destripan, amontonando todas las vísceras perfectamente a un lado y con frecuencia los entierran cubriéndolas con hojas y ramitas. También algunas veces cubren con ramas y desperdicios los restos del esqueleto sin terminar, probablemente guardándolos para una segunda comida.
Estudios cuantitativos realizados sobre contenidos estomacales de pumas, indican que generalmente su dieta consiste en un 50 a 90% de venados y el resto de ganado, pequeños mamíferos, aves y carroñas.
Actualmente, el ser humano ha exterminado el alimento natural del puma y ocupado gran parte de su hábitat, por lo que se ha visto obligado a atacar al ganado (ovejas, vacas, caballos). Este comportamiento ha provocado una cacería indiscriminada, que ha reducido considerablemente su población. Por esto, actualmente, es considerada una especie vulnerable en Chile. A nivel internacional está clasificado como casi amenazado.
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